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5 deportivos italianos clásicos que nos gustaría tener

Sin duda este artículo causará debate, en parte por la lista tan chiquita que hemos hecho. Sabemos que los italianos se caracterizan por hacer obras de arte, no coches, pero si incluyéramos todos habría cientos. ¿Qué modelos agregarías tú a nuestra selección de los 5 deportivos italianos clásicos que a todos nos gustaría tener?

Cisitalia 202 GT

Diseñado por Battista Farina, del Cisitalia 202 GT se produjeron apenas 147 unidades, todas ensambladas a mano desde 1948. Fue el primer coche expuesto de forma permanente como una obra de arte en el museo de arte moderno de Nueva York (MoMA) desde 1972. Sus 70 caballos eran todo un lujo en su época.

Lamborghini Miura

Donde nació todo para el mundo del Gran Turismo. Podríamos definir al Lamborghini Miura como el superdeportivo que marcó el camino a seguir en el futuro. Una estética sencilla, afilada, con una sola premisa: ser una bestia. Su primera versión de 1967 se presentó con un V12 atmosférico de 350 caballos que alcanzaba los 100 km/h desde 0 en apenas 6.7 segundos, y lograba rozar los 280 km/h de velocidad punta. Unos datos nunca vistos hasta entonces. A Enzo Ferrari no le hizo mucha gracia ver salir esta pieza de Sant’Agata Bolognese.

De Tomaso Pantera

Podría ser el menos italiano de toda la lista, pero no se puede negar que el De Tomaso Pantera tiene un hueco en ella por mérito propio. De Tomaso fue creada por un joven italo-argentino llamado Alejandro que volvió desde Buenos Aires al norte de Italia en torno a la década de 1940. Allí cumplió su sueño, participar en carreras de Fórmula 1 y fundar su propia marca. El joven supo moverse bien, fue muy amigo de Frank Williams, y utilizó sus contactos para entrar en el mercado americano por la puerta grande. El Pantera traía un motor V8 de 330 caballos producido por Ford y una estética radical, pero con todas las señas de identidad italianas que encandilaron a los compradores estadounidenses a partir de 1971.

Lancia Stratos

Si pensamos en rallies pensamos en el Stratos, quizás el más radical de los coches hechos para este tipo de competencias. Convivieron dos versiones en el mundial, dependiendo de la categoría en la que corrieran sus pilotos, siendo la versión de 480 caballos la más radical y la que consiguió ser campeón del mundo entre 1974 y 1976. Tres temporadas en las que su silueta baja y afilada lo convirtieron en uno de los coches más deseados del momento. Su fabricación de calle fue mínima, casi el pretexto para poder competir en el Mundial de Rallies. Sólo se comercializaron 492 ejemplares.

Ferrari F40

¿Creías que se nos había olvidado? Es el último modelo que vio nacer Enzo Ferrari y con el que se reivindicó poco antes de su muerte. En 1987 la marca italiana cumplía 40 años, su fundador, ya enfermo, quiso celebrarlo por todo lo alto. Ahí nació una leyenda, quizás el Ferrari más recordado de la historia. Los de Maranello no lo dudaron: potencia, deportividad y un coche que no podía conducir cualquiera. Hace ya casi 40 años de su nacimiento y sus datos hacen temblar a cualquiera. Un V8 biturbo de 478 caballos y 1,100 kg de peso con los que consiguieron alcanzar los 100 km/h en 3.7 segundos y 324 km/h de velocidad punta. Cifras que aún hoy día sólo están al alcance de muy pocos coches.

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