Apenas hace dos años que Chirey entró a nuestro país. Fue en julio del 2022 cuando empezamos a oír dimes y diretes de que lo estaba haciendo fuertísimo, con 40 agencias “de un jalón”, pero solo con dos modelos que empezamos a ver rodar de manera inmediata: sus camionetas Tiggo 7 Pro y Tiggo 8 Pro Max, la primera de tamaño compacto y la segunda de proporciones medianas y tres filas de asientos.

Hoy ya vemos andando por ahí hasta ocho modelos diferentes que incluyen un par de híbridos y un sedán, y es que Chirey (solo como marca) este año trae un ritmo de ventas (globales) de más o menos 138,000 ejemplares por mes. Así que fue por esto que quisimos tener una opinión propia del modelo que tanto publicita aquí en México como su estandarte, el Tiggo 8 Pro, pero electrificado.
Un híbrido enchufable de origen chino
Sumándole el acrónimo e+ a su nombre, si bien no es el lanzamiento más reciente (el último fue el tres volúmenes Arrizo 8), nuestro interés por manejar una camioneta china conectable con un precio de entrada de 860 mil pesos era mayúsculo. ¿Qué calidad tendría? ¿Cómo trabajaría el sistema híbrido? ¿Cómo andaría? Pues bien, satisficimos esa curiosidad.
Es justo empezar por señalar que eso de ser chino ya no es sinónimo de malo o feo. Sí lo era hace 15 o 20 años, de hecho la única virtud de los autos chinos era su precio asequible o sumamente barato en la mayoría de casos. Pero con el tiempo esto fue cambiando; no dudamos que las siga habiendo, pues el mar de marcas chinas en China supera los 200 nombres, pero las grandes, los corporativos globales, están muy muy lejos ya de aquellas realidades de los años noventa o principios de los dos mil. Y esta camioneta es la demostración física de dicha distancia astral.

En cuanto te acomodas te recibe una cachetada de lujo, modernidad y amplitud. Hay buenos materiales y el clúster de la información del auto y del entretenimiento está muy al día, tanto en funciones como gráficos, incluyendo un asistente de voz que con un sinfín de órdenes puede evitar que muevas siquiera un dedo en acciones como cerrar el quemacocos o cambiar la música en el sistema Sony (hacía mucho que no veíamos sonidos de esta marca), entre muchas otras. Por cierto, nos gustó mucho también su sistema de purificación de aire y los controles en la parte interna izquierda del respaldo del pasajero de adelante, que permiten mover este asiento desde el lugar del conductor o las plazas traseras. Muy práctico.
Teniendo 4.72 metros de largo por 1.86 de ancho, 1.70 de alto y excelente distancia entre ejes de 2.71, el espacio para los siete ocupantes en tres filas de asientos no tiene problemas. Y si algún día decides darle un uso “utilitario” a este vehículo, con los asientos abatidos el área para carga se vuelve un bodegón de 1,930 litros.

Así se maneja el Chirey Tiggo 8 Pro e+
Al volante increíblemente se siente muy ágil, no como un mastodonte de su peso de 1,800 kilos con motor cuatro cilindros, más bien se mueve como un vehículo mucho más liviano que tuviera al menos un seis cilindros grande. La razón: su interesante tren motor. Cuenta con un propulsor turbo de 1.5 litros que eroga 144 caballos de potencia máxima… y aquí el truco: trabaja en conjunto con dos motores síncronos de imanes permanentes ubicados también en el vano motor. El primero ofrece el equivalente a 94 caballos y 118 lb-pie de par (entre 0 y 3,300 rpm) y el segundo 74 hp y 114 lb-pie (entre 500 y 4,400 vueltas).
Tanto número que marea se traduce en una potencia combinada de 308 hp y 376 lb-pie de par máximo, que mueven con mucha soltura a este SUV vía dos modos de manejo: uno Eco que prioriza los consumos y la energía permitiendo acelerar gradual y suavemente, y otro Deportivo que hace muchísimo más respondón al vehículo dotándolo de aceleraciones agresivas. Con este modo incluso hay que saber dosificar esos 300 caballos pues el único eje con tracción es el delantero. No es AWD. La aceleración puede ser tan brava como unos 7.5 segundos (según la marca) para llegar a 100 km/h.
Si le ayudamos a las pilas y enchufamos el auto a la corriente, se cargarán por completo en unas 4, máximo 5 horas. Así, podemos escoger mediante un par de botones en la consola central, si queremos una propulsión completamente eléctrica que nos durará hasta 75 kilómetros (insistimos, con “pila llena”), o una híbrida que nos dará unos buenos 16 km/l en un ciclo combinado.

En este apartado es muy importante nombrar a un jugador clave que hace pasar estos números del papel al asfalto: la transmisión DHT de tres velocidades. Atención con estas cajas porque las estaremos escuchando de manera cada vez más frecuente con tantos híbridos que están llegando. DHT son las siglas en inglés de Dedicated Hybrid Transmission, como su nombre lo indica, un tipo de transmisiones muy específicas para híbridos (con motores térmicos y eléctricos) porque están pensadas para trabajar desde cero con dos o más fuentes de energía.
Eventualmente haremos un artículo a profundidad de este tema, pero a grandes rasgos, y en palabras muy simples, una diferencia importante es que las convencionales para autos de combustión, no reconocen a los componentes del sistema híbrido como esenciales, digamos que no los dejan trabajar activamente en la propulsión (esto pasa en muchos mild hybrid). Las DHT sí lo hacen y permiten operar con la máxima eficiencia al conjunto, controlando el torque y la velocidad del motor para que el coche responda de manera óptima a las condiciones del manejo. Su diseño ex profeso combina las fuentes de propulsión disponibles para lograr el mejor equilibrio posible entre consumo de energía eléctrica y rendimiento de combustible.
En el overall el handling es bueno, el esquema de suspensión se nota que trae una puesta a punto tirando a blanda que ofrece comodidad ante nuestras malas calles, pero más allá de eso destaca la completa lista de ADAS que pasa de 10 asistencias, incluyendo unas alertas muy útiles como la de abandono de carril (trabaja bien aunque estén muy despintados), de colisión frontal (útil para los inconscientes que manejan viendo el teléfono), de tráfico cruzado posterior, asistente de tráfico pesado (el que más usamos para salir de Polanco), detector de punto ciego, o frenado de emergencia autónomo, por mencionar las que más utilizamos mientras hicimos nuestras conducciones.

Indiscutiblemente el Tiggo 8 Pro e+ no es solamente un ejemplo tangible del gran progreso que ha tenido la industria automotriz china, de hecho también se posiciona como un buen referente en el segmento de los SUVs medianos híbridos enchufables, ofreciendo como bien dicen muchas personas, lo mejor de dos mundos, en esta inevitable transición que estamos viviendo hacia la movilidad completamente eléctrica.
Especificaciones | |
Tipo de vehículo: SUV compacto híbrido | Precio del auto probado: $859,900 |
Tipo de motor: Combustión interna 4 cilindros en línea y motor EV | Transmisión: Automática DHT |
Potencia: 308 caballos | Torque: 376 lb-ft |
Desplazamiento: 1.5 L Turbo | 0-100 km/h: 7.5 segundos |
Dimensiones: 4.7 m largo 1.8 m ancho 1.7 m alto | Economía oficial: 15.3 km/L |
Suspensión: McPherson en el eje delantero Independiente en el eje trasero | Frenos: Discos en las 4 ruedas |
Llantas: 235/55 R18 | Peso con fluidos: 1,800 kg |
País de fabricación: China |