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La Carrera Panamericana “La Carrera de México”, desde adentro

El año es 1950, se organizó la primera Carrera Panamericana, una competencia que iba de norte a sur del país, literalmente, comenzando en Ciudad Juárez y terminando en Tuxtla Gutiérrez para celebrar y presumir que México fue el primer país en terminar su tramo correspondiente de la carretera panamericana.

Tal fue la importancia del paso de la carrera que en los pueblos a lo largo del país se hacían kermeses para ver el furioso rugir de los autos de carreras. Aún si sólo se veían por unos instantes, los autos eran reyes.

Cuando la Panamericana pasó por Juchitán, en Oaxaca, una de sus habitantes estuvo organizando la kermés para ver el paso de la gran carrera. Hilda Garfias jamás fue alguien con un particular interés por los autos, creo ni siquiera manejaba, ella era una maestra hecha y derecha. Una directora capaz de sembrarle miedo al propio temor, ella era mi querida tía-abuela. Aún así, la Panamericana fue suficiente para levantar su interés y coordinar a sus vecinos con tal de verla pasar. 

Lo sorprendente es que aún para un México de 1954, la Carrera Panamericana fue considerada demasiado peligrosa y la cancelaron, para jamás volverla a ver.
Este punto en la historia del automovilismo mexicano nos dejó leyendas que nuestros abuelos se las contaron a sus hijos y ellos a nosotros. Relatos de aquella gran carrera que alguna vez existió en el país…

O por lo menos ese era el panorama, en el año de 1988 La Carrera regresó. Eduardo León se dio la titánica tarea de revivir a la icónica carrera, solo que esta vez en un formato un tanto distinto y solamente para autos clásicos.

La Carrera original era un evento de velocidad que cruzaba por todo el país en carreteras públicas donde los pilotos iban a velocidad de pista, peleando por posiciones. A causa de la propia naturaleza de esa Panamericana hubo muchos incidentes fatales. Con razón hasta las autoridades de los años cincuenta la consideraron como algo demasiado peligroso.

La época moderna de La Carrera Panamericana

Cuando ésta regresó, ahora se corría como un rally para autos clásicos en tramos cerrados de carretera. Año con año La Carrera fue evolucionando, con autos progresivamente más rápidos, más seguros y con cronometrajes más acertados.

Es notable el contraste que hay entre esas primeras carreras de los 80s-90s donde la libreta de ruta era hecha a mano y el reglamento básicamente era “no hagan trampa y por favor no se maten (opcional)”. Ahora existen alrededor de 14 categorías, cada una con un estricto reglamento y la libreta de ruta está hecha con un programa llamado Rabbit Roadbook Designer.

Entendiendo a La Carrera Panamericana

La afamada carrera es una competencia como ninguna otra en el mundo, el propio gobierno apoya a los organizadores cerrando tramos de carretera e inclusive ciudades con tal de que la Panamericana pase. Este año se recorrieron 3,352.72 km, de hecho terminó siendo más larga de lo anticipada por los contratiempos en Oaxaca, pero puedes leer de eso aquí
Esos 3 mil kilómetros de viaje comenzaron en Oaxaca, de ahí fuimos a Veracruz, CDMX, Querétaro, Morelia, Guanajuato y Aguascalientes, terminando en San Luis Potosí.

Para ponerla en contexto, la Panamericana recorre en un día lo que los coches del WRC hacen en todo un fin de semana. Es una competencia verdaderamente brutal, única en su tipo que además tiene un lugar especial en sus competidores, tanto nacionales como extranjeros.

Freddy Marx, el piloto del Ford Falcon de 1963 número 384 dijo “You can only live this adventure in Mexico”, “Solo puedes vivir esta aventura en México”. Y tiene razón, solo aquí el gobierno detiene ciudades con tal de ver la llegada de autos de carreras.

El Ford Falcon 1963 número 384 pilotado por Freddy Marx

El convoy Panamericano está todo el tiempo escoltado por la Guardia Nacional, que además de apoyar con la seguridad de la competencia, ayuda con el cierre de carreteras e intervienen en situaciones de tráfico. Una imagen que jamás olvidaré fue la Guardia Nacional abriendo el tráfico de la carretera como Moisés al Mar Rojo para que el grupo Panamericano pudiera llegar a tiempo a su siguiente parada.

Obviamente no todos los kilómetros de los 3,352.72 son de velocidad, eso sería imposible, la gran mayoría son etapas de tránsito, donde tenemos la espectacular vista de un auto de carreras circular en un ambiente urbano. Casi todos estos coches tienen placas y están registrados como autos de “calle”.

Así que tienes los tramos cerrados de velocidad, donde los autos son cronometrados y van lo más rápido que puedan (o se atrevan) y luego los tramos de tránsito donde los coches de carreras se transportan de un punto a otro en calles y carreteras públicas.

Las numeraciones de La Panamericana

Los números de los coches de esta carrera son algo inusual y quizá hasta cierto punto algo ilógicos. ¿Por qué un coche tiene el número 133, otro el 395 y luego el 224?
El motivo es uno que quizá no mucha gente tiene en mente, pero todo tiene que ver con semántica. Son simple y sencillamente una manera de diferenciar las categorías de los coches.
Por ejemplo, este año compitieron 7 Studebaker, pero no todos pertenecientes a la misma categoría, es por eso que unos tienen el número 139 y otros el 053; Turismo Mayor y Turismo de Producción respectivamente.

Los coches de la Panamericana

De 1993 a 2024 solo en 2 ocasiones han ganado coches que no son Studebaker, Doug Mockett en su famoso Oldsmobile Super 88 1954 en el 2002, y en 2006 Gabriel Pérez y su Ford Victoria de 1953. El resto han sido básicamente 20 años de dominio de los Studebaker Champion/Commander…¿por qué?

Tomemos el auto de Doug Mocket como ejemplo, el perfil del Oldsmobile se compone de tres cajas, es básicamente un ladrillo. Ahora tomemos cualquier Studebaker que ha ganado, a pesar de ser contemporáneos y de la misma nacionalidad, son totalmente distintos.


Los Studebaker fueron diseñados por alguien que en su otro trabajo hacía aviones, así que los hizo teniendo la aerodinámica en mente. Son autos con un bajo perfil para que corten el aire más fácilmente.

Esto provoca dos cosas: uno, tienes un auto con poca resistencia al aire y, dos, tienes un centro de gravedad más bajo. La receta perfecta para hacer un auto de carreras.

Carlos Anaya fue de los primeros en explorar el concepto del Studebaker como un auto de carreras para esta competencia, y una vez que comenzó a ganar, se volvió el auto para conquistar La Carrera Panamericana.

Tras una breve plática con Flavio Laborde, jefe de equipos a cargo de “El Malditillo” auto ganador de Ricardo Cordero, nos platicó a groso modo en qué consiste un Studebaker de carreras. Puede decirse que de Studebaker solo queda el nombre, todo lo que viene siendo cofre, cajuela y todos los páneles de la carrocería están hechos de fibra de vidrio. Lo único que resta del auto original es la cabina y partes del chasis, el resto es una construcción tubular que parte de la jaula de protección.

El motor de este auto en particular es un 350 carburado de Chevrolet, que otorga 500 caballos que van a una transmisión de 5 velocidades con engranes rectos. Lo fascinante es que tiene una distribución de peso casi 50/50. El peso con fluidos marcado en escrutinio fue de 1,533 kg.

Las categorías de Turismo Mayor y Turismo de Producción están pobladas por los Studebaker, pero éstos no son toda la Panamericana. Existe la Turismo Mayor, Menor, Histórica A, B, C, E, las plus de éstas, la Original Panam y Exhibición.


Estas se dividen por años y la capacidad del motor, pero a grandes rasgos la carrocería del auto procura mantenerse intacta, salvo los autos de exhibición que son coches modernos preparados para carreras, por eso tenemos la atípica vista de un Porsche GT2 Clubsport al lado de un Falcon de 1970. 
Original Panam se rige de autos que hubieran competido en La Carrera Panamericana original, pero este año no los vimos correr, ni la Sport Menor o la Histórica E.

Cronometrando La Panamericana 

2024 vio la introducción de un sistema nuevo para La Carrera Panamericana, pero no es algo nuevo para el deporte motor. El SAS “Status Awareness Systems” de Rally Safe es un sistema que actualmente usan los autos del WRC. Este sistema le permite al centro de control monitorear a los pilotos en todo momento, ya que el SAS tiene GPS, con eso están al tanto de su velocidad, ubicación; tiene acelerómetros y medidor de fuerzas G.

Entonces en caso de haber un impacto pueden saber exactamente la magnitud de éste, en caso de que un auto baje de 20 km/h, el sistema manda una alerta a control para que ellos se comuniquen con los pilotos. Pueden comunicarse con los pilotos con preguntas de sí o no y ellos pueden responder. Inclusive los pilotos pueden comunicarse entre ellos, si un auto alcanza a otro en una etapa, pueden darle el aviso de una bandera azul para que los dejen pasar.
Lo mismo en caso de peligro en el camino o de que su auto se haya detenido, ellos pueden lanzar la alerta de precaución al resto de los competidores.

El cronometraje es algo que también mejoró este año, el SAS también mide los tiempos en las etapas, eliminando el margen de error, un enorme contraste con respecto a la manera anterior de hacer las cosas con cronometraje manual.

¿Qué significa La Panamericana? 

La respuesta fácil es irse por el hecho de que en cada estado la Panamericana deja una importante cantidad de dinero por el gran número de gente que va con La Carrera, se hospeda, come y se mueve con ella.
Pero no es tan sencillo como eso, tomemos la etapa de La Congoja, en Aguascalientes, esta carrera fue el gran evento donde las maestras de las escuelas llevaron a los niños a ver el paso de la Panamericana. Todos con dibujos de los coches de carreras, una enorme sonrisa y una gran admiración por los pilotos y equipos. 

Quizá uno de los autos de carreras provocó que algún niño dejara de ver los coches como las cajas con ruedas donde se transporta la gente y tal vez se volviera en algo que marcara su vida. Es muy palpable la emoción que este evento ocasiona, se notaba en cada arco de llegada donde la gente recibía calurosamente a los competidores y a las autos que los llevaron ahí.

Al principio mencioné cómo la maestra Hilda Garfias organizó en la década de los cincuenta a sus vecinos y conocidos para ver a la Panamericana pasar por Oaxaca. Llegando temprano al lado de la carretera con anafres, tamales, música y bailes para recibir a la gran carrera que iba a pasar por su ciudad.

Ese espíritu sigue fuerte, gente que se levanta a las 5 de la mañana para ir a una etapa con una carpa, asador, mucha carne para agarrar ambiente, ver la carrera con sus amigos y hacer unos nuevos. Aún si sólo los vieran por unos instantes, los autos eran reyes.

La Panamericana no puede existir solo por su nombre, hay todo un ejército de gente detrás de ella que se encarga de que suceda. Gente dedicada que no termina organizándola por casualidad, son personas que sus padres o abuelos les contaron aquellas leyendas de la gran carrera y son gente que “muere por la Pana”, según me dijo una de las personas encargadas de supervisar los tiempos a través del SAS.

Ese es el espíritu de La Carrera Panamericana, “La Carrera de México”.

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