El Mercedes-AMG PureSpeed, uno de los modelos de la Serie Mythos ya está en fase final de pruebas. Solo saldrán 250 ejemplares de la línea de producción. Fueron vistos en Italia rumbo al circuito de Nardo.
Conociendo al Mercedes-AMG PureSpeed
Dentro de los planes de expansión para Mercedes-AMG, en la que se incluyen más modelos electrificados, en el pasado GP de Mónaco se dio a conocer una nueva serie denominada Mythos. La idea es desarrollar bajo ese nombre deportivos de altas prestaciones, exclusivos y que se vendan en pequeños números para aumentar todavía más su valor.
El ejemplar que usaron en la presentación sobre una plataforma flotante en el puerto del Principado de Mónaco era un concepto, y Lewis Hamilton y George Russell fueron los maestros de ceremonias.
Pues bien, recientemente fueron vistos ya varios ejemplares camuflados en diferentes carreteras del norte de Italia, con rumbo al circuito de Nardo. Por su parte, Mercedes ha anunciado que ya están haciendo las últimas pruebas dinámicas para finalmente darle ya luz verde a su comercialización.
¿Cómo es el Mercedes-AMG PureSpeed?
Lo primero que llama la atención de este PureSpeed es que está totalmente abierto, como si fuera un modelo de carreras. Nada de techo ni parabrisas, siendo el único elemento visible un halo que nos recuerda mucho al que llevan instalados por normativa los actuales monoplazas de Fórmula 1.
Hay un detalle muy exclusivo: que lo van a vender con cascos, pero no son convencionales, son diseñados ex profeso para el auto; traen una aerodinámica específica. Otra curiosidad que incorpora es un reloj, también diseñado específicamente para su interior por IWC Schaffhausen.
Cabe mencionar que el primer modelo de la serie Mythos está basado sobre el Mercedes-AMG GT, del que toman los faros o la mayoría de las piezas de la carrocería. Luego los diseñadores han añadido diferentes partes inspiradas en otros modelos, como pasa en las piezas de fibra de carbón visibles, o la forma del frontal del Mercedes-AMG One. También hay inspiración de los clásicos, por ejemplo, en las formas detrás de los asientos que nos recuerdan al 300 SLR vencedor en la Mille Miglia de 1955.
