En estas vísperas patrias recordamos a un capítulo muy oscuro en la historia del deporte motor mexicano, esta es la historia del Team Rebaque.
Durante la temporada de Fórmula 1 de 1977, el piloto mexicano Héctor Rebaque compitió en el equipo Hesketh, durante su peor época. Luego de muchas frustraciones con Lord Alexander Hesketh, Rebaque optó por poner su propio equipo.
Para este punto ya era un piloto de carreras con considerable experiencia en su haber, participando en múltiples competencias como lo fueron las 24 Horas de Le Mans y las 24 horas de Daytona, con un Porsche 911 RSR decorado con el patrocinio de Viceroy. Además de varias carreras en monoplazas.
Comienzos del Team Rebaque
Tener equipo propio no era tarea fácil, más sin tener la capacidad de fabricar tu propio coche, como era el caso del nuevo Team Rebaque. Para esto se acercaron a Colin Chapman y así pudieron adquirir un Lotus 78. Ese chasis fue anteriormente pilotado por Mario Andretti en 1977. Chapman les vendió el auto en 100,000 dólares…en 1978, esto sería como $480,000 en 2024 que es el equivalente a unos $9,000,000 de pesos mexicanos. Para estándares modernos de F1, este sería el trato del siglo.
En fin, para 1978 Lotus estaba dominando el campeonato con el 78 y 79, autos que hacían uso del efecto suelo, lo que les daba una enorme ventaja por encima de los competidores.
Desgraciadamente para el equipo Rebaque el panorama era un tanto distinto, no pudieron preclasificar en 3 carreras y no clasificaron en otras 4 rondas.
Cuando lograban formar parte de una carrera, fallas mecánicas opacaban el fin de semana y lo forzaron a retirarse en España, Inglaterra, Austria y Estados Unidos. Pero lograron terminar en Sudáfrica, Suecia y Holanda en 10a, 12a y 11a posición respectivamente, en una época donde solo otorgaban puntos hasta la sexta posición.
Sin embargo, el Gran Premio más importante de todo el año para ellos fue Alemania en el circuito Hockenheimring, carrera donde Rebaque clasificó su Lotus 78 en la posición 18.
Durante la carrera combatió contra el Arrows de Riccardo Patrese, John Watson en su Brabham y Gilles Villeneuve en el Ferrari. Al final del Gran Premio, Héctor Rebaque terminó en sexta posición, la última que premiaba puntos.
Para la temporada de 1979 el secreto de Colin Chapman y sus fabulosos Lotus ya era conocido por todos, el efecto suelo era la tendencia en la Fórmula 1 si es que querías ganar.
Para este año Héctor Rebaque adquirió un Lotus 79, pero una serie de fallas mecánicas -otra vez- y un accidente evitaron que obtuviera buenos resultados en las primeras 6 carreras, sin contar con que en Brasil no pudo clasificar.
El Rebaque HR100
En Francia, Inglaterra y Holanda terminó en 12a, 9a y 7a posición, a la par de estos resultados no muy exitosos, el mexicano optó por tener su propio auto de Fórmula 1.
Para esto acudió a Penske Cars y su fábrica en Poole en Dorset, Inglaterra, donde Geoff Ferris y John Barnard (quien luego fue diseñador en McLaren y Ferrari) comenzó la concepción de lo que sería el HR100.
El HR100 partía del concepto básico del Lotus 79, era lógico, ya que esta había sido la plataforma ganadora el año anterior. El auto fue presentado en Monza, pero nuevamente no pudo clasificar para el Gran Premio, fue en la ronda siguiente en Canadá donde el HR100 haría su debut. Desgraciadamente una rotura en la montura del motor evitó que terminara el Gran Premio y nuevamente no pudieron clasificar en la última ronda del campeonato en Estados Unidos.
Final del camino para el Team Rebaque
Esto marcaría el fin para el Team Rebaque, que hasta ahora ha sido el único equipo de Fórmula 1 proveniente de México, y que además pudo puntuar en el campeonato. El HR100 sería el primer y único auto de F1 mexicano.
Había planes para hacer un sucesor que se llamaría el HR101, pero nunca se tuvo la oportunidad de averiguar qué sería de este auto.
Chacho Medina, Team Manager del equipo Rebaque, mencionó que John Barnard se llevó los diseños del HR101 para McLaren y éste se convirtió en el MP4/1, el primer Fórmula 1 de fibra de carbón teniendo mucho éxito en los circuitos. Aunque esto es algo que jamás ha sido confirmado por el propio Barnard (o por alguien más).
Es interesante pensar qué hubiera sido del sucesor del HR100, un auto oscuro aún dentro de los entusiastas del deporte motor. Es uno de los grandes “hubiera” de la historia automotriz. Aunque de haberse construido, quizá no hubiera podido lograr muy buenos resultados, esto, según Chacho Medina, por las dificultades que Goodyear le ponía a equipos pequeños como lo era Rebaque al momento de suministrar los neumáticos.